A NUESTROS HÉROES DE CORAZÓN Y PROFESIÓN

Me ha costado mucho poder sacar del corazón todas las palabras que a continuación os voy a decir.

Han sido malos tiempos para todos, para los que habéis estado y seguís luchando como en una guerra, para los que han enfermado, para los que volvieron a casa, para los que no, para los que veían pasar los días desde la ventana, para los que estaban lejos de los suyos aún estando cerca o tal vez lejos de verdad…

Han sido malos tiempos para vosotros, Ana, Ainoa, Rocío, M.ª José, Mayte, Diana, Gema, M.ª José, Soraya, Jesús, Sandra, Verónica, Nereida, Sara, María, Irene, Leticia, Henar, Paqui, Sara, Ana, Susana… y todos aquellos compañeros anónimos que han estado con vosotros en las trincheras y aquellos que hoy no nos lo pueden contar.

No sé si los aplausos a las 20:00h de cada día os llegaba adentro, yo sólo pude hacerlo dos días, ni uno más. El sufrimiento de lo que hemos vivido se metió en mi cuerpo y me quedé como muda, como inmóvil, como llena de tristeza, de miedo, de desesperación, de rabia… las lágrimas no dejaban de caer por mis mejillas, las noches en vela, el ansia de información, creer que esto se trataba de una pesadilla. Pero no, ha sido y está siendo real.

Se os debería haber cuidado más. Sois nuestros Ángeles, quienes habéis cuidado de todos nosotros dejando en casa a todas vuestras familias, arriesgándolo todo cada día, quienes habéis acompañado a todos aquellos que se han ido sin poder dedicar una última mirada, una última palabra, sujetar por última vez la mano de aquellos a los que amaba. Habéis sido mucho más que grandes profesionales de la sanidad en primera línea, habéis sido humanos entre todo el caos, a lo largo de los días interminables, con las agujas del reloj señalando muchas más de 24 horas.

Habéis demostrado ser grandes campeones, deportistas de élite en vuestro terreno, en vuestra especialidad, porque entre todos sois un equipo inigualable. Muchos, puede que ya se hayan olvidado de lo que hacéis y habéis hecho, pero por mal que suene, por triste que parezca, aún no ha acabado.

Quizá muchos os preguntáis por qué a vosotros y no a otros hospitales. Pues bien, el agradecimiento es pleno para todos los profesionales de la salud que lo habéis dado todo por nosotros, incluso a los que se han ofrecido para ayudar, seáis de Madrid, Galicia, Andalucía, Castilla la Mancha… Pero un “duendecillo inquieto” se puso en contacto con nosotros. Ese “duendecillo” hizo una llamada de atención, pidió ayuda y se le notaba la rabia y la desesperación como de estar llamando a muchas puertas y que nadie le tendiese la mano. Ante algo así, Korean Nature S.L. no se podía negar.

Somos una pequeña empresa, de poco más de un año, un bebé en este mundo empresarial intentando crecer a pesar de las adversidades, por eso no podemos llegar a todos como quisiéramos, pero no os podíamos dejar solos y sin aportar un pequeño granito de arena.

Tenemos que dar gracias a ese “duendecillo”, Susana, que se ha preocupado en todo momento por mover todo esto. Nos sentimos orgullosos de tener sanitarios como vosotros y también de formar parte de vuestro mundo con este pequeño grano de arena que hemos intentado aportar por vuestro bienestar.

Hablo en nombre de todo el equipo de Korean Nature. Gracias de verdad, mil gracias. No hay nada que me gustaría más, que conoceros en persona, conocer vuestras historias, las que más os han marcado en estos tiempos tan únicos, inesperados e inolvidables. Me encantaría abrazar a nuestros HÉROES que han hecho tanto por todos nosotros.

Sois eternamente grandes. Esa vocación no se aprende, se siente.

GRACIAS, GRACIAS Y MIL MILLONES DE GRACIAS MÁS…

“Seguiremos estando a vuestro lado, al lado de todos los que nos cuidáis en todo momento”

6 comentarios

    • Se merecen mucho más, que se les proteja más, que se les de más medios para trabajar de manera más segura y humana. Son Getafe en Madrid, pero son todos los que han estado ahí sin pensar un segundo en sí mismos, sino en salvar a los demás en cualquier hospital. Han dejado en el camino a muchas personas, siendo ellos las últimas personas a las que han visto, quienes les sujetaban la mano en el lecho de muerte. Muchos compañeros que también han quedado atrás, familiares de los que tampoco se pudieron despedir… No se debería olvidar esto jamás. Por ellos, por nosotros y por los que ya no lo han podido contar.

Responder a Korean NatureCancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *