KOREAN NATURE nació en 2018 de manos de Dª Clara Isabel Mazcuñán y D. Pedro Olmo Toledo, quienes tras mucho esfuerzo, han conseguido hacer crecer la red de clientes para su empresa principal, la “empresa madre” del Grupo Olmo Mazcuñán S.L., con la que comenzaron su andadura asentando las bases del comercio internacional entre España y Corea del Sur. Grandes premios, agradecimientos de parte del Gobierno Coreano y buenas relaciones creadas a lo largo de los años, hicieron que, tras uno de los numerosos viajes al país asiático, debido al gusto por su cultura, a la famosa y excelente “belleza coreana” y por los métodos ancestrales que han sabido conservar para evolucionar en los cuidados para la salud, fueron motivos suficientes para que al llegar a España, se pusieran manos a la obra para traer parte de la cultura coreana hasta esta parte del mundo.

     Cuando todo empezó a tomar forma, Dª Clara y yo nos reunimos y me habló con mucho entusiasmo del nuevo proyecto. Para aquellos entonces, yo no conocía nada de la cultura coreana y ni mucho menos, hacía las cosas demasiado bien en cuanto a los cuidados de mi piel. 

     Recuerdo que sacó un botecito de su bolso, puso un poco de producto en mi mano y me lo dejó para probar. Se trataba de nuestro Sérum estrella de Centella Asiática (de la que nunca había oído hablar) de nuestra firma exclusiva CHOBS. Me gustó la sensación que dejaba en mi piel, empecé a dejar las famosas toallitas desmaquillantes y comencé a tomarme en serio la salud de mi piel. Entusiasmada, yo también, al ver resultados tan rápidos, fui probando poco a poco los productos eligiendo mi rutina diaria, además de averiguar por mí misma si cada producto funcionaba y para quien. Investigué y me puse un poco al día en cuanto a Corea del Sur y su cultura y vi que cada vez me gustaba e interesaba más.

     Un día visité las nuevas oficinas, la sala de demostraciones y estanterías tan llenas de productos que me asusté, porque pensé “no voy a conseguir conocer tantos productos, tantas marcas, tantos ingredientes, para qué sirve cada uno…” y probarlos!!
Han tenido que pasar cuatro años intensos, con una pandemia por medio para aprender el oficio, conocer los productos, viajar a ferias, a otros países donde sabes que no vas a hablar con nadie en tu idioma y que el predominante sería el coreano, reuniones directas con los fabricantes coreanos, en definitiva, pasar por prácticamente todos los escalones hasta conocer los secretos de este negocio. Aunque nunca se termina de aprender cosas nuevas, (y menos mal!!), tengo que agradecer a Dª Clara Isabel Mazcuñán, D. Pedro Olmo Toledo y a mi gran compañero, D. Juan Ryu, todo lo que he aprendido en este tiempo, porque sin ellos, no hubiera sido posible.